A los niños Romanos les gustaba jugar. No es extraño, un niño es un niño ahora y hace 2.000 años. Pero resulta algo más extraño el observar la cantidad de juegos que hemos "heredado" de los tiernos infantes de la antigua Roma.
Tanto los niños como las niñas romanas, de las clases acomodadas, recibían una buena educación y se les enseñaba (como mínimo) a leer, a escribir y a comportarse como es debido en sociedad. Pero también se divertían y tenían juguetes.
Los preferidos tanto de niños como de niñas eran los pequeños animales que podían ser de lo más variopinto, desde insectos como cigarras o grillos, a otros algo más grandes como perritos, corderos, pajaros, conejos, patos, gansos... estas pequeñas mascotas, que alegraban a los pequeños,recibían el nombre de delicium o deliciae y se les tenía tanta estima que cuando un niño moría, acostumbraban a representar a su mascota en sus sepulcros o al menos a nombrarla.
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